20 libros y un capítulo

20 libros y un capítulo

Leer por leer

18/09/2022 5:13AM

Episode Synopsis "20 libros y un capítulo"

Sigo con el spam. Quiero vender más libros. Meta: un millón. Lo sé, peco de ambiciosa. Pero no tengo otra opción de momento para irme a vivir a la playa a leer y escribir. Ese audio de arriba (cutre, pero en mi casa con los cascos del móvil es mi tope de calidad) es el capítulo 22 de mi libro leído por mí (debajo de una manta como me recomendó Cris Mitre). A ver si alguno de los más de 10.000 (¡ostras!) suscriptores de esta newsletter se anima a leerlo y a sumar algo a ese millón que me falta.Y ahora voy a hacer una cosa que va contra mi propio beneficio. Os voy a recomendar otros libros. Dentro de La idea de ti, cada capítulo arranca con una cita de libros que me han encantado y que, además, me ayudaron a iluminar mi propio desconcierto. Todos son buenos. Todos tratan de alguna manera el tema de la maternidad, el duelo, la vulnerabilidad… Aquí va la lista completa. (En la foto no están todos porque algunos los leí en ebook o los he prestado). Capítulo 1 La vidente:Nunca quise ser madre, ser madre es el peor capricho que una mujer puede tener.Casas vacías, de Brenda NavarroCapítulo 2 Las profecíasHubo un tiempo para que yo tuviera una hija. Y ese tiempo pasó.Noches azules, de Joan DidionCapítulo 3 Los anticonceptivosA ver si soy capaz de resumirlo: tengo una enfermedad (benigna, ¡qué suerte la mía!) que me impide quedarme embarazada de manera natural y para aliviar sus síntomas lo mejor que puedo hacer es quedarme embarazada mientras tomo una píldora cuyo efecto principal es el de evitar los embarazos. La medicina sigue siendo un arte imperfecto.No madres: mujeres sin hijos contra los tópicos, de María Fernández-MirandaCapítulo 4 Las amigas «Todos los hombres en soledad son sinceros», decía Ralph Wlado Emerson. «En cuanto entra en escena un segundo, comienza la hipocresía […] Un amigo, por lo tanto, es una especie rara de la naturaleza».La mujer singular y la ciudad, Vivian GornickCapítulo 5 La gran ciudadEl tiempo libre de las mujeres que se dedican a tiempo completo al cuidado de hijos menores de dos años es de aproximadamente cuatro horas y diez minutos al día, mientras que el de las mujeres que dejan a sus hijos a cargo de instituciones de cuidado infantil es de cuatro horas y veinticinco minutos. En otras palabras, hay una diferencia muy reducida de apenas quince minutos.Kim Ji-young, nacida en 1982, de Cho Nam-jooCapítulo 6 La presiónAhora sabes que es mejor no contar demasiado. Gente que combina tres tipos de anticonceptivos y aun así se queda embarazada. Esa gente. Gente que te dice que no te obsesiones, que te relajes y disfrutes, que igual lo que necesitas solo es echar un buen polvo (ja, ja, ja) que sí, mujer, que cuando menos te lo esperas, ya verás, eso es lo que le pasó a la prima de un compañero de trabajo, etcétera.Las madres no, de Katixa AgirreCapítulo 7 La drama mamáLos ojos de mi madre lloraban hacia dentro.El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes, de Tatiana ŢîbuleacCapítulo 8 El chacraCuando pensamos en adoptar un bebé, o ya puesto, en tener hijos, ponemos énfasis en el aspecto de la «bendición».Omitimos el instante del escalofrío repentino, del «qué pasaría si», de la caída libre en el fracaso seguro.Noches azules, de Joan DidionCapítulo 9 La tripaY el vientre lleno y redondo flotando en el ensueño, rodeado de un aura, de rayos dorados y cantos de ángeles, convertido en quimera escurridiza, inalcanzable, en símbolo de todo aquello que la vida nos niega cruelmente, injustamente, de todas las fiestas a las que no nos invitaron.A mí no me iba a pasar, de Laura FreixasCapítulo 10 Las clínicas.Salgo de la consulta destrozada. Llamo a mi madre y me dice: «Bueno, no pasa nada si no eres madre…». Sé que no pasa nada, soy feliz con la vida que tengo, me siento realizada, pero de manera irracional me echo a llorar en medio de la calle. Suerte de mascarilla.Madr¿eh?, de Lyona Random ComicsCapítulo 11 El dolor:No dejaba de disimular. ¿Por qué era tan importante disimular la angustia? Lo ignoro, pero así son las cosas. Expresar vulnerabilidad resulta fácil cuando somos fuertes y casi imposible cuando no lo somos.Maelstrom de Sigrid Rausing.Capítulo 12 La envidiaEn los humanos, la composición química de las lágrimas de emoción es diferente de las lágrimas que se forman para limpiar o lubricar el ojo, por ejemplo, por contacto con un agente irritante. Se sabe que soltar esas sustancias puede ser beneficioso para quien llora, lo cual ayuda a explicar por qué tan a menudo la gente cree encontrarse mejor tras un buen llanto.El amigo, de Sigrid NunezCapítulo 13 La ansiedadEl lenguaje neoliberal es emocional, inspirador, empoderante y pútrido.Convierte los deseos en derechos y los derechos en deseos. Túmbate aquí, abre las piernas. Concéntrate en tus sueños: si los deseas con suficiente fuerza, se harán realidad.Las madres no, de Katixa AgirreCapítulo 14 La terapiaAl contrario, la franqueza con la que admitimos nuestras incapacidades emocionales —el miedo, la ira, la humillación— es lo que nos lleva a crear los vínculos de amistad de hoy día. No hay nada que nos acerque más a los otros que el grado en que afrontamos abiertamente nuestra vergüenza más profunda cuando estamos con ellos.La mujer singular y la ciudad, de Vivian GornickCapítulo 15 El hotel 5 estrellasEstamos vivos de milagro, lo científico sería morirse ahora mismo.Mortal y rosa, de Francisco UmbralCapítulo 16 El tejoEl amor y el sentido común no siempre son compatibles. Generalmente uno tiende a elegir la intensidad por poco que dure y a pesar de todo lo que ponga en riesgo.La hija única, de Guadalupe NettelCapítulo 17 El primer embarazoNunca vaya a sitios así sola. Lleve a su marido, a su amiga, al marido de su amiga, a su madre, a su tío, a su hermana, a quien sea, incluso a la vecina de al lado. Llévese a cualquiera que la ayude a encontrar la salida. No la salida definitiva, simplemente la salida del edificio.Tienes que mirar, de Anna StarobinetsAl parecer es en este momento cuando por primera vez me divido en dos. Uno de mis yoes se limpia el gel del vientre con manos temblorosas. La otra vigila tranquila y cuidadosamente a la primera y también la médico, y en general es muy observadora. Por ejemplo, se ha fijado en que no se refiere a mi hijo como «niño». Ahora solo lo llama «feto».Tienes que mirar, de Anna StarobinetsCapítulo 18 Albacete, Benidorm, SegoviaY aunque los altos cipreses, las colinas, los caminos, parecieran estar ahí para hablar de serenidad y paz, lo único que veo en la naturaleza es su profunda indiferencia. Su orden sin propósito, su belleza sin objetivo, se me antojan crueles.Lo que no tiene nombre, de Piedad BonnetCapítulo 19 Diario de un embarazo Tenía miedo de mirarla a los ojos y sentir empatía por la tristeza de perder a sus padres.Sentía que podía pasármela como si se tratara de un virus. Las embarazadas se contagian de todoCasas vacías, de Brenda Navarro Pero a veces se tarda media vida en mirarse a una misma con compasión.A corazón abierto, de Elvira LindoCapítulo 20 El partoConcentraos en el amor. Es lo único que no está sujeto a las circunstancias. Las manos cerradas, de Francisco BescosCapítulo 21 La madreDicen que detrás de toda mujer sin hijos hay una historia. ¿También detrás de las que los tienen la hay?¿Quién quiere ser madre?, de Silvia NanclaresCapítulo 22 La maternidad¿Por qué no me lo había preguntado antes? ¿Por qué hay mujeres que damos por sentada la maternidad? ¿Por qué creemos que la maternidad llegará con la naturalidad —y la irreversibilidad— con la que llega el otoño o la primavera?Una suerte pequeña, de Claudia PiñeroCapítulo 23.  El éxitoNada genera más ansiedad que la afirmación de Rilke cuando dice que si una persona siente que puede vivir sin escribir no debería escribir en absoluto. ¿Debo escribir?El amigo, de Sigrid NunezCapítulo 24 La hijaHigieneNo hay nada más limpioEn este mundoQue tus manos sucias, hija mía.Agradezco el don de verCorrer el agua entre tus dedosChaparros e incapacesDe infligir daño alguno.Y ojalá así hundas las manosEn el barro, en la carneY en el vacío de otras manos.Y te basteCon el tiempoUn jirón del río para dejarlasDe nuevo como nuevas.Aquí estuvo Kilroy, de Miguel Ángel HerranzP.D. 1 Siento el spam si ya lo has leído. Siempre puedes comentarlo o recomendarlo: RESEÑARP.D. 2 Último spam: COMPRAR La idea de ti, de Amaya Ascunce Get full access to Leer por leer at amayaascunce.substack.com/subscribe

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