La Madre tomada y recibida en el Padre Nuestro[La petición de la Madre introduce la del Hijo,] pero la petición del Hijo toma y recibe en sí a la Madre.(Del comentario) Las meditaciones de hoy empiezan con la oración que vimos la semana pasada «La petición de la Madre introduce la del Hijo, pero la petición del Hijo toma y recibe en sí a la Madre». Hoy nos centraremos en la segunda parte, en la que ella es tomada y recibida en el Padre Nuestro. Y lo es porque ella es puro fiat, pura aceptación, una aceptación, un «hágase». Antes de adentrarnos en las consecuencias de la aceptación de la Madre en el Padre Nuestro, nos detendremos en estas dos palabras: «toma y recibe». Nos llama la atención que se trata de los mismos dos verbos que introducen la oración más bella de san Ignacio de Loyola, el llamado «Suscipe», donde el orante ofrece todo lo que tiene y es al Señor para que Él disponga.Vale la pena recordarla por entero a continuación:Tomad, Señor y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad. Todo mi haber y mi poseer; vos me lo disteis a vos, Señor, lo torno; todo es vuestro, disponed a toda vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia que esta me basta. […]–––––––––––––––-El episodio ha sido transmitido en el marco del programa «Vida consagrada» de Radio María España el 29.2.24.Descargue el libro Ancilla Domini Más textos en balthasarspeyr.org/es/publicaciones

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