Al revisar y practicar constantemente los mismos patrones y procesos, una y otra vez, no solo incrementamos nuestras habilidades para completarlos, sino que van siendo parte fundamental de nuestras vida. Así, los pensamientos y planeaciones, en estos casos, se reducen al mínimo.
Tener una rutina libera la memoria consciente para trabajar en cualquier otra tarea que podamos encontrar. Así podremos ser más eficiente y ser capaz de aumentar nuestra productividad. Una vez que comenzamos a cosechar los beneficios de una rutina consistente, el circuito de recompensa de nuestro cerebro nos animará a empujar la autodeterminación a nuevos niveles. Recuerda, un hábito se forma como resultado de una acción que repites frecuentemente y que se ve reforzada por una consecuencia positiva.
¿Qué necesitamos para fomentar nuestra constancia?: Automotivación, TU PUEDES!!!!!
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