Ante el espejo, 1876

09/12/2022 3 min
Ante el espejo, 1876

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Female narrator: Esta obra, titulada "Ante el espejo", fue pintada por el artista francés Édouard Manet en 1876. Es un óleo sobre lienzo de orientación vertical y mide 3 pies de altura y poco más de 2 pies de ancho (93 x 71,6 cm).

En esta pintura, vemos de espaldas a una mujer de mediana estatura que se mira atentamente al espejo en lo que parece ser un vestidor o dormitorio. La figura, de pie, ocupa gran parte del lienzo. Se encuentra apenas a la izquierda del centro: la parte superior de su cabeza está a unas cinco pulgadas (12,7 cm) del borde superior del lienzo y la parte inferior de su cuerpo queda recortada justo debajo de las nalgas por el borde inferior del cuadro. El espejo es grande, quizás de cuerpo entero, y parece estar colocado justo delante de la pared del fondo. El grueso marco marrón oscuro del espejo casi toca el borde superior del lienzo y encuadra delicadamente la cabeza y el cuerpo de la figura. El espacio de la habitación parece poco profundo, como si la figura y el espejo estuvieran pegados a la pared del fondo. La superficie reflectante del espejo queda de cara al espectador, pero no se puede ver una imagen clara del reflejo de la figura; su identidad exacta se mantiene en el misterio. A medio vestir, la figura lleva un ceñido corsé azul claro y una vaporosa falda blanca. La porción desnuda y pálida de los hombros y el cuello da paso a una espesa cabellera de color castaño dorado, recogida en la cabeza en un peinado de moda de la época. Su brazo derecho apunta hacia abajo como si estuviera tirando de un lazo que cuelga de la espalda abierta del corsé.

Tal y como indica el título, el tema de esta obra es esta mujer mirándose al espejo. Puede que se trate de una cortesana, cosa que insinúa el dosel de la cama, pintado en el mismo tono azul que el corsé, que se ve parcialmente a la derecha de la figura. Manet escogió el tema de la cortesana en otras de sus obras. Al igual que Picasso, que pintó a los marginados, Manet se interesó por el retrato veraz de la vida moderna.

También se puede pensar que el tema de este cuadro es la pintura en sí misma. Siendo una figura destacada del movimiento impresionista, Manet exploró la expresión gestual de la pintura. En esta obra, la pintura es gruesa y dinámica. Ha sido aplicada de forma espontánea en movimientos verticales, horizontales y diagonales, con pinceladas tanto pequeñas como grandes, y la untuosidad del óleo hace que la superficie brille como si la pintura estuviera todavía húmeda. Manet ha mezclado el blanco en muchos de sus colores, lo cual aporta luminosidad. En la esquina inferior derecha hay una masa pequeña y abstracta de vigorosas pinceladas de distintos colores: verde oscuro, marrón rojizo, azul, amarillo, púrpura y marrón, la cual podría ser un ramo de flores. El espacio plano que hay detrás del espejo está pintado de la misma manera, describiendo tal vez un papel tapiz. El reflejo de la figura se presenta, no como una imagen coherente de una cara y un cuerpo, sino más bien como otra masa en cierto modo discreta de pinceladas en tonos que representan los colores de la piel, el cabello y la ropa de la modelo.

Édouard Manet, "Ante el espejo", 1876. Óleo sobre lienzo, 36 5/8 x 28 3/16 pulgadas (93 x 71,6 cm). Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York, Colección Thannhauser, donación, Justin K. Thannhauser 78.2514.27