Sentir y gustar las cosas internamente[[El fiat] vive en cada fiat personal que es pronunciado] en la comunidad del Señor.(Del comentario) La semana pasada nos hemos detenido sobre lo que es la comunidad del Señor, su figura hoy, en nuestros días, sus responsabilidades para con el mundo y finalmente habíamos empezado a esbozar qué significa para el cristiano el movimiento hacia fuera, hacia los otros. Y habíamos visto, y con esto habíamos terminado nuestra reflexión, que este movimiento hacia fuera, que se suele llamar a veces apostólico, [del griego apostello, enviar] […]Sentir y gustar y su lugar primordial para el cristiano(Del comentario) Y esto nos lleva al primer punto de hoy. Estos testimonios escogidos, para ser enviados hacia fuera, habían hecho ya el recorrido hacia dentro, o por lo menos, lo habían intentado: le habían escuchado, se habían dejado transformar, habían empezado aquel camino de conversión que Dios había anunciado desde tiempos inmemorables y que, hasta que llegase el momento de la Encarnación, no podía acontecer en su plenitud. […]Decir sí a Dios es recibir todo de ÉlPronunciando la palabra: «Hágase en mí según tu palabra», [la Madre recibe el misterio de manos de la Trinidad para dárselo al Hijo].(Del comentario) En esta oración estamos frente a la actitud de recepción primordial, y su ejemplo nos es dado por la Madre. Hemos dicho en las últimas semanas que hay que recibir primero, antes de poder imaginar una actividad cualquiera: a nivel natural, se recibe lo que se escucha o recibe físicamente: Te amo, dice el enamorado a su amada. Te quiero, dice la mamá a sus hijos. […]–––––––––––––––-El episodio ha sido transmitido en el marco del programa «Vida consagrada» de Radio María España el 28.3.24.Descargue el libro Ancilla Domini Más textos en balthasarspeyr.org/es/publicaciones

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